A familia más rica,
mejores notas. Esta regla -y su inversa- se sigue cumpliendo en México, pero
cada vez con menor precisión, según un informe educativo de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicado
este martes.
La diferencia en resultados académicos entre alumnos pudientes y
desfavorecidos equivale a dos años de escolaridad. Aun así, la procedencia socioeconómica
del estudiante pierde peso como factor explicativo del rendimiento, y lo hace a
un ritmo superior al de la media de las economías más avanzadas del planeta.
Alrededor del 11% de
la variación en los resultados en ciencias en 2015 (los últimos disponibles) es
atribuible a una diferencia de recursos, frente al 17% en 2006.
Es decir, en
nueve años ha habido un descenso de cinco puntos. La misma tendencia se observa
en matemáticas y lectura, las otras dos áreas del conocimiento evaluadas por el
organismo que dirige el mexicano José Ángel Gurría, en el marco del Programa para la Evaluación
Internacional de los Alumnos (PISA).
La brecha entre
alumnos ricos y pobres sigue siendo amplia, pero se está cerrando a un ritmo más
rápido que la media de
los 36 países que conforman el think tank de las economías avanzadas.
Mientras en México el peso de los
orígenes baja cinco puntos porcentuales, en el resto del club solo desciende
punto y medio: del 14,4% de 2006 al 12,9% de 2015.
Junto a México hay seis
Estados miembros que mejoraron en el índice de equidad de manera significativa
y dos de ellos también son americanos: Chile y Estados Unidos.
En ambas
naciones -no obstante, de los más desiguales en materia educativa de entre
todas las estudiadas- la mejoría respecto a 2006 es de más de seis puntos
porcentuales.
En la orilla opuesta hay 10 miembros, entre ellos España, en los
que la equidad retrocede.
Pese a este avance,
hay que tener en cuenta que México parte de una situación peor que la media,
por lo que el potencial de mejora es mayor que en la gran mayoría de países
analizados.
México sigue siendo el miembro de la OCDE con peor
nota en las pruebas PISA y los malos resultados continúan
concentrados en las escuelas de perfil menos pudiente: el 60% de los alumnos
con desventaja estudia, según el análisis, en un centro en desventaja -en
Finlandia, la campeona en este aspecto, solo es un 40%-.
En este punto, el país
latinoamericano se sitúa claramente por encima de la media del club,
superándolo en 12 puntos porcentuales.
México también
retrocede en otra de las áreas cubiertas por el informe: el sentimiento de
pertenencia a la escuela. La proporción de estudiantes que dijo sentirse
aceptado por la comunidad educativa bajó 15 puntos porcentuales entre 2003 y
2015. Un dato que contradice la mejora en equidad, avalada por los otros
indicadores, y que muestra que todavía hay camino por recorrer.
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