Nueva estrategia permite identificar virus en mosquitos
desde que son larvas
Logra la Ssa disminuir 43% la cifra de afectados por dengue
Mientras en 2013 se reportaron 64 mil casos, el año pasado
se registraron 18 mil: Cenaprece
Los pesticidas usados durante 40 años no funcionaron; los
insectos desarrollaron resistencia
Ángeles Cruz Martínez
Desde su etapa de
larva es posible identificar el tipo de virus que porta el mosquito transmisor
de dengue, zika y chikungunya. También, mediante ovitrampas, se sabe si en
determinada zona circula el insecto, e incluso si el plaguicida es efectivo
para eliminarlo.
Estas y otras acciones forman parte de la estrategia
integral que realiza la Secretaría de Salud (Ssa), con la cual, por primera
vez, se logró la disminución en el número de afectados por dengue durante tres
años seguidos.
De casi 64 mil casos reportados en 2013 se pasó a menos de
18 mil en 2016, afirmó Jesús Felipe González Roldán, director del Centro Nacional
de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) de la Ssa. La
tendencia a la baja se mantiene este año. Al 21 de agosto se han confirmado 3
mil 945 casos, mientras en la misma fecha de 2016, la cifra era de 6 mil 986,
es decir, la disminución es de 43.47 por ciento.
El funcionario explicó que el conjunto de medidas puestas en
marcha, con el fin de anticiparse a la aparición de brotes, dio un giro
diferente a la lucha que durante años se había librado, sin éxito, contra el
mosquito (el cual es el vector).
Vigilancia puntual
Ahora es diferente, señaló, porque la estrategia involucra
actividades de vigilancia entomovirológica durante todo el año y cada semana,
de manera puntual, para revisar las ovitrampas. Hay 250 mil de ellas instaladas
en todo el país y se revisan, por lo menos 90 por ciento.
Son recipientes que se llenan con agua y adentro se les
coloca papel pellón, en el que los mosquitos depositan sus huevecillos, los
cuales, en el transcurso de ocho días, crecen y se convierten en adultos. Por
eso la vigilancia de los depósitos se hace de forma semanal.
En entrevista, González Roldán explicó que el Cenaprece
cuenta con un sistema electrónico que le permite conocer la ubicación de cada
ovitrampa por municipio, sector y manzana. De igual forma, conoce en tiempo
real la actividad de los trabajadores, así que, si llega a haber un brote de
alguna de las enfermedades que transmite el mosquito Aedes aegypti, la Ssa
puede identificar la causa.
Si en la revisión se encuentran larvas, de inmediato la
jurisdicción sanitaria procede a fumigar esa zona, en exteriores y dentro de
los domicilios, así como a realizar las actividades de promoción y limpieza de
patios. El funcionario puntualizó que esto se ha traducido en un uso más
eficiente de los recursos. El plaguicida dejó de utilizarse de manera
indiscriminada, con lo que la inversión en este rubro se ha mantenido estable
en 200 millones al año.
Mientras, las 13 unidades de bioensayo realizan las pruebas
que identifican los virus. Además, cada año, en colaboración con la Sociedad Mexicana
de Salud Pública, se evalúa la resistencia a los plaguicidas. En 2014 se hizo
el primer estudio y se encontró que los productos de tipo piretroides, que
durante 40 años se utilizaron para combatir al insecto, no funcionaban.
Los mosquitos se hicieron resistentes a ese tipo de
plaguicida, así como se han ido adaptando a lugares de mayor altitud sobre el
nivel del mar. Antes sólo sobrevivían en las costas y climas tropicales.
Debido a estos resultados, de momento, la Ssa no considera
urgente introducir la vacuna contra el dengue. El director del Cenaprece
explicó que el biológico es una herramienta complementaria que en algún
momento, probablemente se utilizará en zonas específicas del país.
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