De acuerdo con el organismo, que no precisó en qué fecha se hizo el hallazgo, la presencia de este patrimonio "no solo convierte a La Campana en uno de los sitios más ricos en información pétrea, sino también en uno de los pocos en el país con evidencia de todas las etapas culturales de Mesoamérica". Desde noviembre, especialistas del INAH están haciendo una labor de registro e investigación en el sitio como parte de obras para instalar andadores, áreas de descanso y servicios en el lugar, donde hay además estructuras prehispánicas.
Actualmente hay seis hectáreas exploradas y abiertas al público, a las que se sumaron en 2016 otras 98 hectáreas donadas por autoridades estatales que formarán el parque arqueo-ecológico. Antes se habían encontrado otros 12 petroglifos, piedras talladas que en algunos casos tienen pequeñas dimensiones y en otros pesan varias toneladas.
En la zona también se encontró un entierro de seis personas de los años 1800 a 1700 a.C. con 18 objetos de cerámica, así como un muro que resguardaba una escalera de cinco escalones junto a un río que atraviesa el sitio arqueológico.
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