Se cumplen 10 años de la publicación de ese trabajo y el
octavo aniversario luctuoso del humanista
Rescatar el náhuatl y las lenguas originarias en peligro de
extinción es un asunto de seguridad nacional por la importancia que tienen como
parte del patrimonio cultural, dijo el historiador Rodrigo Martínez Baracs al
presentar la tercera edición del Diccionario del náhuatl en el español de
México.
Esa obra es el resultado de un proyecto que en 2007 coordinó
el humanista Carlos Montemayor, corregida y aumentada por él mismo en 2010,
poco antes de su fallecimiento ese año. El objetivo es la distribución gratuita
del diccionario entre estudiantes de secundaria y bachillerato.
Atole, tianguis, chile, cuate, tlapalería y muchas palabras
más que se usan a diario en México tienen origen náhuatl, la lengua indígena
con mayor número de hablantes en el país, tanto por aquellos que es su habla
materna, como por 115 millones de habitantes que la utilizan día a día sin
percatarse de vocablos de origen milenario, destacó Martínez Baracs.
La presentación del libro se efectuó la noche del martes en
El Colegio Nacional como parte de la celebración por el Día Internacional de la
Lengua Materna, cuyo lema fue México multilingüe: 69 lenguas nacionales.
Patrimonio que nos une.
El historiador y experto en filosofía náhuatl Miguel
León-Portilla coordinó las dos jornadas del 20 y el 21 de febrero en el
histórico edificio de Donceles.
Martínez Baracs citó el prólogo de Carlos Montemayor, en el
que señala que la idea del diccionario, publicado en su primera edición en 2008
por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), partió en muchos
aspectos de la riqueza que representa en nuestro días el náhuatl como idioma
vivo.
En el prólogo original, añadió, se destaca que ese estudio
rebasa en mucho el marco de la lingüística, pues involucra ámbitos culturales e
históricos presentes en nuestras vidas que es urgente rescatar, sacar a flote y
recordar.
La actual edición conmemora el 70 aniversario del nacimiento
de Montemayor (Parral, Chihuahua, 13 de junio, 1947), así como 10 años de su
primera publicación y su octavo aniversario luctuoso.
Muchos nombres propios, verbos y expresiones del náhuatl los
usamos a veces sin conocer su significado; por ejemplo, México significa
ombligo de la luna, y tlapalería deriva de tlapali, que significa color.
Es un diccionario no sólo de consulta, sino que se lee de
corrido del comienzo al final. O se hojea con curiosidad al azar, con provecho
y regocijo. Incita a recorrer una sucesión de vocablos y refranes, como empezar
en achichincle y acabar en ahuizote, para descubrir que este último era un
animal fantástico anfibio que ahogaba a los seres humanos para devorar parte de
sus cuerpos, pero que también fue el nombre de un gobernante mexica al que se
le atribuía la crueldad extrema, expresó Martínez Baracs, investigador de la
UNAM.
Así, el lector picado en la curiosidad busca la palabra
agüitarse, de ahí se encuentra al ajolote que cambia de forma, puede leer un
recuadro dedicado al atole y al tamal, con todos los refranes, conocer el
vocablo que puede ser el origen del albur mexicano o de la denostativa palabra
naco.
El director del Programa Universitario de Estudios de la
Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM, José del Val Blanco,
quien fungió de moderador, reiteró la necesidad de llevar el estudio de las
lenguas indígenas a todos los niveles educativos, de prescolar a la
universidad.
La idea es tener una especie de vocabularios para que
alumnos de primaria trabajen junto con sus maestros. Es parte de los proyectos
en los que hemos pensado, donde además de etimologías, se incluyan algunos
elementos de gramática, dijo.
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