Bryson Voirin, integrante del Instituto de Ornitología del
Instituto Max Planck, presentó el proyecto Cooperación Internacional para la
Investigación Animal usando Sistemas de Información Geográfica (Icarus, por sus
siglas en inglés) en el simposio Fronteras de la Ciencia, organizado por el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Sociedad Max Planck.
Es una iniciativa de biólogos, ingenieros e innovadores que
sigue el movimiento de 13 mil animales distintos en el planeta, por medio de
sensores remotos, que registran las migraciones de aves, insectos y mamíferos.
Además de la movilidad típica de esta fauna, con los
sensores remotos se busca otra información: “El principal propósito es
enfocarnos en ciertas áreas, como el pronóstico de desastres.
México es una zona volcánica y sísmica, una de las ideas con
las que trabajamos es que a lo largo de la historia de la humanidad, siempre se
ha creído que los animales actúan de forma extraña antes de que ocurra un sismo
o una erupción volcánica. Tratamos de usarlos de guardianes para que nos
alerten cuando algo vaya a ocurrir, expuso Voirin.
Aunque todavía se trata de algo hipotético, al vigilar el
comportamiento animal se ha buscado la posible relación entre las erupciones
del Monte Etna –volcán activo en Italia– y el de cabras que habitan la zona. De
acuerdo con el expositor, los resultados han hecho que el gobierno italiano
apoye con mayor interés el proyecto Icarus.
Normalmente estas cabras están en la montaña y sólo pastan
sin hacer demasiado, pero cuando el Etna estalla actúan de manera extraña. Por
lo regular están tranquilas, pero de repente una noche se alteran y
enloquecen...; después de seis horas, el volcán hace erupción, señaló Voirin.
Las investigaciones que conduce Icarus presentan una nueva
visión en la movilidad del reino animal, estudiando temas como la trasmisión de
enfermedades, seguridad alimentaria, el reconocimiento público acerca de la
importancia de la biodiversidad, el clima y el tiempo.
El ingeniero Raúl Jiménez Rosenberg expuso el trabajo de la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) a lo
largo de 25 años en lo que respecta a la recolección, análisis y registro de la
biodiversidad mediante los Sistemas de Información Geográfica.
Contamos con poco más de 13.2 millones de registros en
nuestra base de datos de fauna y flora. De hecho, la Conabio dio fondos para la
investigación de alrededor de 800 proyectos.
El acervo de biodiversidad consiste en la distribución de
peces, plantas, aves, mamíferos, anfibios, entre otras especies, las cuales usa
Conabio para resolver los problemas que enfrenta México. Una de las más grandes
tareas es la de la valoración de los ecosistemas realizada por investigadores
externos que analizan la información generada por la comisión, explicó Jiménez.
Mostró las aplicaciones de los mapas de distribución de
biodiversidad en México y explicó la importancia económica y social de este
acervo para usos comerciales y de conservación.Bryson Voirin, integrante del Instituto de Ornitología del Instituto Max Planck, presentó el proyecto Cooperación Internacional para la Investigación Animal usando Sistemas de Información Geográfica (Icarus, por sus siglas en inglés) en el simposio Fronteras de la Ciencia, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Sociedad Max Planck.
Es una iniciativa de biólogos, ingenieros e innovadores que sigue el movimiento de 13 mil animales distintos en el planeta, por medio de sensores remotos, que registran las migraciones de aves, insectos y mamíferos.
México es una zona volcánica y sísmica, una de las ideas con
las que trabajamos es que a lo largo de la historia de la humanidad, siempre se
ha creído que los animales actúan de forma extraña antes de que ocurra un sismo
o una erupción volcánica. Tratamos de usarlos de guardianes para que nos
alerten cuando algo vaya a ocurrir, expuso Voirin.
Aunque todavía se trata de algo hipotético, al vigilar el
comportamiento animal se ha buscado la posible relación entre las erupciones
del Monte Etna –volcán activo en Italia– y el de cabras que habitan la zona. De
acuerdo con el expositor, los resultados han hecho que el gobierno italiano
apoye con mayor interés el proyecto Icarus.
Normalmente estas cabras están en la montaña y sólo pastan
sin hacer demasiado, pero cuando el Etna estalla actúan de manera extraña. Por
lo regular están tranquilas, pero de repente una noche se alteran y
enloquecen...; después de seis horas, el volcán hace erupción, señaló Voirin.
Las investigaciones que conduce Icarus presentan una nueva
visión en la movilidad del reino animal, estudiando temas como la trasmisión de
enfermedades, seguridad alimentaria, el reconocimiento público acerca de la
importancia de la biodiversidad, el clima y el tiempo.
El ingeniero Raúl Jiménez Rosenberg expuso el trabajo de la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) a lo
largo de 25 años en lo que respecta a la recolección, análisis y registro de la
biodiversidad mediante los Sistemas de Información Geográfica.
Contamos con poco más de 13.2 millones de registros en
nuestra base de datos de fauna y flora. De hecho, la Conabio dio fondos para la
investigación de alrededor de 800 proyectos.
El acervo de biodiversidad consiste en la distribución de
peces, plantas, aves, mamíferos, anfibios, entre otras especies, las cuales usa
Conabio para resolver los problemas que enfrenta México. Una de las más grandes
tareas es la de la valoración de los ecosistemas realizada por investigadores
externos que analizan la información generada por la comisión, explicó Jiménez.
Mostró las aplicaciones de los mapas de distribución de
biodiversidad en México y explicó la importancia económica y social de este
acervo para usos comerciales y de conservación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario