Justicia, no venganza, ofrece AMLO tras pedir registro como
candidato presidencial
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición
Juntos Haremos Historia, integrada por Morena, Partido del Trabajo (PT) y
Encuentro Social (PES), extendió ayer su mano abierta y franca a sus
adversarios, a quienes rechazó ubicar como enemigos. Tras su derrota, dijo, no
habrá represalias, persecución ni destierro para nadie, porque lo que se
necesita es justicia, no venganza.
Después de solicitar el registro por tercera ocasión como
candidato presidencial ante el Instituto Nacional Electoral (INE), sostuvo que
su propósito es iniciar una nueva etapa en el país como un Presidente que no
estará subordinado a ningún grupo de intereses creados y que sólo tendrá como
amo al pueblo de México.
Acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, desde un
templete colocado en la explanada del órgano electoral prometió que, de llegar
a Los Pinos, la primera iniciativa de reforma de ley que enviará al Congreso
será para poder juzgar al Presidente de la República por delitos electorales y
corrupción.
Confiado en que ganará el primero de julio, ofreció
someterse a la revocación de mandato cada dos años de su gobierno.
Frente a cientos de militantes de los partidos coaligados,
simpatizantes y mineros –quienes portaban playeras rojas con la leyenda
Exigimos al gobierno garantías para el regreso de Napoleón Gómez Urrutia,
acompañada de la foto del líder sindical– López Obrador llamó a la
reconciliación y a transformar la vida pública del país.
Se busca el camino de la concordia, porque no queremos ni
tenemos enemigos, tenemos adversarios, dijo el candidato que ha incorporado a
su equipo de campaña a ex panistas, ex priístas, ex perredistas, empresarios…
muchos de ellos presentes en su registro, como Germán Martínez, Tatiana
Clouthier, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y muchos más, además de los líderes
de Morena, Yeidckol Polevnsky; del PT, Alberto Anaya; y del PES, Hugo Eric
Flores.
Mientras los trabajadores del INE seguían atentos el
discurso desde las ventanas de sus oficinas, el tabasqueño envió a integrantes
del poder político y económico del país el mensaje de que no les guarda rencor,
pero advirtió que de llegar a la Presidencia ningún grupo, por importante y
poderoso que sea, podrá seguir conspirando contra la paz social en beneficio
propio.
Andrés Manuel López Obrador, acompañado de su esposa Beatriz
Gutiérrez Müller, durante el mitin posterior a la entrega de su solicitud de
registro como candidato presidencialFoto Carlos Ramos Mamahua
En consonancia con el discurso de concordia que ha venido
enarbolando, puntualizó que se podrán hacer negocios, pero no habrá
influyentismos, corrupción ni impunidad. También ratificó que dará preferencia
a los pobres y no permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la
opresión, la inseguridad y la miseria de los mexicanos.
Asimismo, resaltó que esta elección será la última que se
celebrará bajo la sospecha y el temor del fraude. A partir del próximo sexenio
nadie podrá comprar la voluntad de ciudadanos, las elecciones serán limpias y
libres; no habrá compra de voto y me comprometo a que la Presidencia será el
principal guardián de las libertades del pueblo, como dijo Francisco I. Madero.
López Obrador ofreció toda su imaginación y talento para
garantizar la tranquilidad, conseguir la paz y la reconstrucción de la seguridad
pública.
Subrayó que su legítima ambición es pasar a la historia como
uno de los mejores presidentes de México y estar a la altura de Benito Juárez,
Madero y el general Lázaro Cárdenas del Río. La tercera es la vencida, cerró su
discurso.
Momentos antes había estado en el auditorio del INE, donde
los consejeros electorales, encabezados por Lorenzo Córdova, recibieron los
documentos de la solicitud para su registro como candidato presidencial, lo que
se resolverá el 29 de marzo, un día antes del inicio formal de las campañas.
Córdova afirmó que para que la elección llegue a buen puerto
se requiere que todos los actores se apeguen a las reglas. Y los gobiernos,
precisó, deben cumplir con su obligación de mantener la imparcialidad y
abstenerse de intervenir en el proceso electoral.
Polevsky solicitó a los consejeros que los resultados de los
comicios no se dicten desde las cúpulas del poder. Exigió que cuenten bien los
sufragios y pongan en marcha una campaña para pedir a los electores que no
vendan su voto. Destacó que su preocupación es que les roben votos en las
casillas o que voten 108 o 114 por ciento de electores, como sucedió en el
estado de México.
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