Islas Galápagos.- Es el tiburón –y el pez– más grande del
mar, en cuyas aguas cálidas deambula alrededor del planeta con su enorme boca
abierta en busca de alimento.
Sin embargo, pese a su enorme tamaño, el tiburón ballena
tiene dientes pequeños, casi inservibles, y a veces es tan dócil que numerosas
personas pueden nadar al lado de esta bestia enigmática de piel moteada. Es una
de las criaturas marinas de las que se tiene menos conocimiento.
En un intento por resolver algunos de los enigmas más
perdurables, un grupo de científicos buceó varias semanas con tiburones ballena
durante el verano y el otoño en aguas de las islas Galápagos. Los
investigadores aplicaron técnicas sin precedente con la especie en su hábitat:
tomaron muestras de sangre e hicieron exámenes de ultrasonido, todo mientras
los especímenes nadan bajo el agua.
He aquí lo que ahora se sabe sobre esta gran especie:
Aunque sus ejemplares tienen un tamaño comparable al de las
ballenas, estas criaturas son tiburones. Típicamente alcanzan una longitud
mayor a la de un autobús de dos pisos: entre 6 y 16 metros y un peso de más de
20 toneladas. Sin embargo, como filtran su alimento, los enormes tiburones ballena
sólo son peligrosos para el plancton, huevos de peces y peces pequeños.
Estos gigantes amables no son particularmente veloces en
comparación con otros tiburones, pero con un solo movimiento fuerte de su cola
se impulsan más rápido que cualquier persona nadando. Tienen cabezas anchas y
planas, y todo su cuerpo de color azul oscuro está cubierto de manchas que le
sirven de camuflaje bajo el mar.
Debido a los años de pesca excesiva, el tiburón ballena es
una especie en peligro de extinción.
En los pasados 75 años, la mayoría ha sido cazada por la
gente para alimentarse y su número va en descenso, dijo Simon Pierce,
científico en jefe de la Fundación de la Megafauna Marina.
Estos peces prefieren las aguas cálidas y a menudo se les
encuentra alimentándose en mares de diversas partes del mundo, frente a
Australia, Filipinas, México e incluso donde hay yacimientos de hidrocarburos
en las costas de Qatar.
Cientos de tiburones ballena –sobre todo machos jóvenes– se
reúnen en estas zonas en ciertas épocas para alimentarse de grandes cantidades
de huevos de peces; se desconoce dónde se alimentan las hembras adultas.
La inmensidad del océano por lo general vuelve difícil
encontrar a criaturas tímidas como estas: Jacques Cousteau sólo vio dos durante
sus décadas de exploración marina.
Los biólogos marinos marcan con etiquetas a los tiburones
ballena en años recientes para seguir sus desplazamientos. Otros intentan
responder interrogantes sobre su vida y ciclos reproductivos. Sólo una hembra
embarazada fue hallada frente a la costa de Taiwán con 300 embriones en su
interior, todos en distintas etapas de desarrollo.
Las preguntas por responder son: ¿dónde se aparean?, ¿dónde
cazan? y ¿dónde viven de jóvenes?, dijo Jonathan Green, director del Proyecto
Tiburón Ballena de Galápagos.
Se inició una base de datos internacional para identificar
tantos tiburones ballena como sea posible mediante el patrón distintivo de sus
manchas, que es único.
Más de 8 mil tiburones han sido etiquetados a la fecha. Como
los científicos sólo pueden costear algunas semanas cada año en las Galápagos,
dependen de las fotos tomadas por los buzos visitantes para determinar qué
están haciendo los tiburones ballena.
Investigadores en Estados Unidos y Japón también trabajan
para secuenciar el genoma del tiburón ballena.
Las Galápagos se cuentan entre los pocos lugares en el mundo
donde se ve con regularidad a las hembras embarazadas del tiburón ballena. Más
de 99 por ciento de estas criaturas identificadas en el archipiélago volcánico
son hembras y muchas tienen el abdomen crecido, lo que sugiere que están
cargadas.
Algunos científicos creen que para parir, las hembras
embarazadas cruzan las Galápagos a profundidades extremas próximas a la isla
ubicada más al norte o del océano abierto cerca del ecuador. Piensan que cada
lugar garantiza la seguridad de las crías frente a los depredadores.
Sin embargo, otra teoría deja entrever que las hembras
podrían parir cerca de Perú, debido a que dos tiburones ballena recién nacidos
fueron encontrados hace poco en pescaderías locales.
Green y sus colegas tienen previsto efectuar más
expediciones este año a las Galápagos para continuar sus investigaciones, que
incluyen toma de más muestras de sangre y colocación de etiquetas para rastreo
satelital.
Para el director del proyecto Galápagos, estas criaturas
tienen un valor más personal para él. Tras años de bucear con ellas, aún se me
eriza la piel cuando veo esa enorme sombra azul en el agua. Es una experiencia
increíblemente emocional, expresó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario