La humanidad, en riesgo por sobreexplotación de recursos
En América, desde la época de la Conquista, se ha perdido 31
por ciento de especies
Cuatro estudios elaborados por 550 científicos de 129 países
advierten sobre los daños
Los países americanos están usando la naturaleza de forma
intensa y exceden la capacidad de la misma, señaló el director de Ipbes. En la
imagen, sequía en una parte del Lago de ChapalaFoto Arturo Campos
¿Principio del fin? La humanidad está poniendo en riesgo su
bienestar por la sobreexplotación de los recursos naturales y daños a la
biodiversidad, alertó ayer un informe integral de un organis-mo internacional
independiente.
La fauna y la flora siguen degradándose de una forma severa
en cada rincón del planeta, por lo que la Tierra enfrenta la primera extinción
masiva de especies desde la desaparición de los dinosaurios.
Pero esta vez en la ecuación del desastre no entra un
meteorito, sino el hombre.
Cuatro reportes elaborados durante tres años por 550
científicos para la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y
Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), de la que forman parte 129 países,
advierten que en la región Asia-Pacífico los peces para consumo humano se
pueden acabar en 30 años.
De los corales de esta zona, 90 por ciento pueden haber
sufrido una severa degradación para 2050 y para 2100 más de la mitad de las
especies de aves y mamíferos de África se pueden haber extinguido.
El declive de la biodiversidad está reduciendo
significativamente la capacidad de la naturaleza para contribuir al bienestar
de las personas.
Tal es la conclusión de los informes presentados en
Medellín, la segunda ciudad de Colombia, el país con más biodiversidad del
mundo después de Brasil, en el marco de una reunión que se extenderá hasta el
lunes.
Esta tendencia alarmante pone en peligro las economías, los
medios de subsistencia, seguridad alimentaria y la calidad de vida de las
personas en todas partes, señalan.
Para el presidente de Ipbes, Robert Watson, los humanos
estamos socavando nuestro futuro. ¿Podemos parar todo esto? No. ¿Podemos ralentizarlo
significativamente? Sí, dijo.
Más de 750 expertos y autoridades de los estados miembro
estudiaron a puerta cerrada las evaluaciones de cuatro regiones (Américas,
Asia-Pacífico, África y Asia Central-Europa), que son una guía no vinculante
para los líderes de las naciones de Ipbes.
Aunque los resultados no son esperanzadores, Watson cree que
se pueden minimizar los efectos si se repiensa el crecimiento voraz de la
humanidad y el desarrollo económico.
Si seguimos como estamos, (...) la sexta extinción masiva
(en 500 millones de años), la primera causada por los humanos, va a continuar,
apuntó. El hombre será testigo de la primera desaparición masiva de especies
desde la muerte, hace 65 millones de años, de los dinosaurios.
En América, la región más rica en biodiversidad, el cambio
climático está dejando huella.
Actualmente el continente tiene 31 por ciento menos de
especies que en la época de la Conquista. Si continúa el escenario de manejar
los recursos naturales como un negocio, dicen los científicos, para 2050 la
cifra podría llegar a 40 por ciento.
La mayoría de países ame-ricanos está usando la naturaleza
de forma más intensa que el promedio global y está excediendo la capacidad de
la misma, aseguró Jake Rice, director de Ipbes para las Américas.
África es el último lugar de la Tierra con un amplio rango
de mamíferos de gran tamaño. Pero esto podría cambiar por la vulnerabilidad de
sus tierras y el impacto económico del cambio climático en su población
marginal.
Esta zona tiene cerca de 500 mil kilómetros cuadrados de
tierra erosionada por la sobreexplotación y se calcula que su actual población
de mil 250 millones de personas será el doble en 2050.
La golpeada Asia-Pacífico enfrenta amenazas sin precedente,
que van desde eventos climáticos extremos y alza en el nivel del mar hasta
aumento de polución y desechos.
La Unión Europea no se escapa del drama, pues solamente 7
por ciento de sus especies marinas tiene un estado favorable de conservación.
Europa y Asia central consumen más de lo que producen, dejando una gran huella
ecológica en el resto del mundo, afirmó Mark Rounsevell, encargado del
organismo para esta región.
El declive de la biodiversidad es la otra cara del cambio
climático, explicó Watson.
El cambio climático afecta a biodiversidad, los cambios en
la vegetación natural afectan al cambio climático. Y ambos, si no hacemos esto
de forma correcta, van a perjudicar muchos de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de las Naciones Unidas: agua limpia para todos, seguridad
alimentaria de las personas, seguridad humana, seguridad energética, equidad,
indicó.
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