El nivel de ajuste se definirá hasta saber cómo evolucionan
los ingresos y el crecimiento, dice
Los secretarios de Turismo, Enrique de la Madrid, y de
Hacienda, José Antonio Meade, en el contexto de la presentación del Programa de
financiamiento para el turismo rural, ayer en el Antiguo Palacio del
Arzobispado, en Ciudad de México.
La presión que ejerce
sobre el gasto público la necesidad de financiar el creciente déficit para el
pago de pensiones es uno de los factores que determinarán la magnitud del
recorte en el gasto público para el próximo año, anunció este martes José
Antonio Meade Kuribreña, secretario de Hacienda y Crédito Público.
Seguramente, dijo, el próximo año habrá necesidad de un
nuevo recorte del número de empleados del sector público federal, medida que,
junto con la reducción del gasto público respecto del monto ejercido en 2017
contribuirá a la reducción del déficit fiscal al nivel comprometido por el gobierno,
de 2.5 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Los rubros específicos en que el gobierno federal espera
reducir el gasto público en 2018, respecto del nivel ejercido en 2017, no han
sido determinados, expuso Meade, en declaraciones tras presentar, junto con
Enrique de la Madrid, secretario de Turismo, el Programa de financiamiento para
el turismo rural.
Sin embargo, una de las razones que determinarán la magnitud
del ajuste del gasto es el creciente déficit en el financiamiento de las
pensiones, el rubro del presupuesto que –según datos oficiales– tuvo el mayor
crecimiento dentro del gasto federal en los años recientes y que, en 2017,
requerirá casi 700 mil millones de pesos.
En términos generales, las finanzas del sector público
federal tendrán este año un déficit, conforme al paquete económico autorizado,
de 2.9 por ciento del PIB, dijo Meade. En 2018, ese desequilibrio debe
disminuir a 2.5 por ciento del PIB, que es la meta comprometida para el final
de la gestión del presidente Enrique Peña Nieto.
Eso va a implicar dos tipos de presiones. Por un lado, un
menor nivel de gasto, no lo sabemos todavía, será probablemente menor a 0.4 por
ciento del PIB (proporción que equivale a unos 80 mil millones de pesos), pero
no lo podemos calcular todavía hasta saber cómo evolucionan los ingresos y el
crecimiento. Y las presiones que tenemos, por ejemplo, del crecimiento de las
pensiones dentro del paquete. Pero este ajuste será menor que el que tuvimos
que hacer de 2016 para 2017 y de 2015 para 2016, cuando nos fuimos moviendo de
déficits de 4.6 a 2.5 del PIB, que es el que habremos de lograr en 2018,
expuso.
Así, en 2018 habrá otro esfuerzo presupuestal, que se suma
a los que ya ha hecho el gobierno, pero de menor magnitud que en 2015 y 2016,
dijo. Todavía no sabemos dónde serán los recortes, explicó.
En 2017 el gasto público para pensiones sumará 720 mil 128
millones de pesos, de acuerdo con datos oficiales. Esa cantidad supera en 9.3 por
ciento a la del año previo, uno de los porcentajes de mayor incremento del
gasto público. Los recursos para atender este renglón son más del doble de los
destinados en 2010, cuando llegaron a 305 mil 871 millones de pesos, según
información de la Secretaría de Hacienda.
–¿Habrá más recortes a la burocracia de los que ya se habían
estimado? –se le preguntó a Meade este martes.
–Seguramente habrá que hacer un esfuerzo adicional. Implica
de todas maneras esfuerzos, si bien menores, tanto en términos absolutos como
relativos, a los de los años anteriores. Pero implicará un esfuerzo de
austeridad, de contención de gasto, para alcanzar este menor déficit, para
tener un superávit primario –ingresos menos gastos antes del pago de intereses
de la deuda– para seguir llevando la relación de deuda respecto del PIB a una
trayectoria decreciente.
–¿Seguirá apretado el cinturón o se aflojará un poquito?
–Seguirá apretado, tendremos que seguir haciendo esfuerzos.
La consolidación fiscal (reducción de la deuda pública respecto del PIB) va a
requerir de ajustes, insisto, de menor grado de los que hemos hecho en el
pasado, pero que se acumulan a los que ya hemos venido haciendo. Eso permitirá
que México se ubique dentro de las naciones latinoamericanas, como un país que
va adelante en su curva en materia de consolidación fiscal, y eso ayudará a
tener más certeza en nuestras finanzas públicas, en su sustentabilidad y nos
dará una ventaja competitiva en un entorno global que seguramente seguirá
siendo volátil y complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario