Consideran que una de las razones de su expansión es que
estos animales mantuvieron en jaque a los roedores tanto en cosechas como en
barcos
El aspecto estético empezó a cultivarse después
Frente a la residencia oficial del premier de Gran Bretaña, en
Londres.Foto Af
El sarcófago del príncipe Thutmose, que se exhibe en
SeattleFoto Ap
Los antepasados de los gatos domésticos actuales procedían
de Egipto y del territorio que ocupa ahora Turquía, según indica un estudio
publicado ese lunes en Nature Ecology & Evolution y que reconstruye la
historia de estos felinos.
Los felinos salvajes con los que están emparentados los
gatos domésticos pertenecen a la especie Felis silvestris, que se divide en
cinco subespecies. Sólo una de ellas, el gato salvaje del desierto (Felis
silvestris lybica), fue domesticado.
El equipo de expertos de Claudio Ottoni, que trabaja tanto
en la Universidad de Lovaina (Bélgica) como en la Universidad París-Diderot,
investigaron el desarrollo de estos animales esquivos y solitarios hasta que se
convirtieron en gatos domésticos.
Para ello analizaron muestras de ADN de más de 2 mil gatos
de los pasados 9 mil años. Entre ellos había animales de yacimientos
arqueológicos de la Edad de Piedra, momias del Antiguo Egipto y restos hallados
en tumbas vikingas.
Biólogos y arqueólogos extrajeron el ADN de huesos y dientes
y compararon después las muestras con el material genético de los gatos
domésticos actuales. Según concluyeron, los felinos fueron domesticados en dos
oleadas, algo que influye en las mascotas de la actualidad.
Los investigadores suponen que los humanos ya tenían gatos
hace más de 9 mil años, por ejemplo en Chipre. Se alimentaban de roedores que,
de otra manera, habrían echado a perder las cosechas.
Estos ejemplares que poblaban la actual Turquía llegaron al
sur de Europa hacia el 4400 antes de Cristo, señala el estudio.
En el primer milenio después de Cristo alcanzó el Viejo
Continente una nueva línea genética procedente del Antiguo Egipto, que se
expandió durante el Imperio Romano.
Estos gatos llegaron al norte de Europa por medio de las
rutas de comercio de la zona del mar Mediterráneo. Por aquel entonces los
roedores no sólo amenazaban las cosechas, sino también las existencias en los
barcos.
Durante cientos de años, los sucesores de los gatos egipcios
se extendieron más que los de los granjeros del este. Actualmente, nuestros
felinos domésticos llevan material genético de ambas líneas. Tanto la expansión
de los gatos de los agricultores como de los del Antiguo Egipto probablemente
se deba a que esos animales mantuvieron en jaque a los roedores.
Mucho después comenzó a importar además el aspecto del
animal, según señalaron los científicos.
Los investigadores analizaron las muestras de ADN en busca
de una determinada pauta de pelaje que no se da en los gatos salvajes. Este
apareció relativamente tarde en Turquía y no se extendió hasta el siglo XVIII.
Según el estudio, el hallazgo es un indicio de que la cría
de felinos desde el punto de vista estético comenzó mucho más tarde en
comparación con la cría funcional.
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